jueves, 9 de abril de 2009

ENTREVISTA A YOLANDA ZAMORA POR ALBERTO NERI


ENTREVISTA PARA YOLANDA ZAMORA
DE RONDA

Entrevistó: Alberto Neri



¿Sabemos que haz publicado tu más reciente trabajo como se llama?

Antes que nada, agradezco a la revista Ronda Jalisco, por su interés en mi trabajo, muchas gracias.
Pues sí, mi más reciente publicación es el libro de narrativa “Cada agosto, la Pila Moderna…” , una serie de cuentos ubicados en la ciudad de Guadalajara, y sus alrededores, y particularmente en una Glorieta que es el centro de la Colonia Moderna de nuestra ciudad, y que fue el escenario de mi infancia.


¿Para quién o para quienes diriges esta obra literaria?

Este libro está dirigido, por supuesto a todo aquel que disfrute de la literatura, niños o adultos, porque es un libro muy sencillo, sin pretensiones literarias; de fácil lectura, relatos lineales que tienen como eje principal los recuerdos de infancia, un poco de humor, y algunas pinceladas de ternura.
Debo decir que algunos de estos cuentos los escribí hace muchos años, cuando era yo muy joven, son algunos de mis primeros cuentos, sin embargo los dejé madurar en un cajón; algunos de estos relatos pueden ser incluso un tanto ingenuos, estoy consciente, pero los retomé y quise conservar en ellos la frescura y el idealismo de cuando uno empieza a escribir, espero haberlo logrado. La verdad yo me sentía en deuda con Guadalajara, una ciudad a la que yo llegué con seis años de edad y en la que crecí, estudié, formé mi familia, y entregué mi trabajo de comunicadora, como sigo haciéndolo hasta la fecha. Es por ello que esta idea de un libro de cuentos sobre la ciudad de Guadalajara me resultó interesante y fue mi forma de agradecerle a nuestra ciudad todo lo que me ha dado.


¿Coméntanos cuando fue publicado este libro y quien te lo publica?

El libro “Cada agosto la Pila Moderna…” está editado en Ediciones de la Noche, y es una coedición de la Secretaría de Cultura, el Seminario de Cultura Mexicana, capítulo Guadalajara y el grupo ConVersaciones, A.C. Debo decir que ha corrido con mucha suerte este libro, desde su presentación primera, en la Sala de Cámara del Teatro Degollado, a cargo de la Doctora en Letras Ruth Levy, y del poeta jalisciense Raúl Bañuelos. Ambos se expresaron positivamente de este trabajo, valorando con mucha generosidad sus aciertos, y el público se volcó a la sala, al grado de que su capacidad fue insuficiente para albergar a todos los invitados.






¿Por qué este titulo de tu trabajo?

Bueno, lo titulé así “Cada agosto, la Pila Moderna…” porque la Pila Moderna, es el corazón del libro, es el lugar de los encuentros y los desencuentros, el lugar de los recuerdos de infancia y del eterno retorno. Así se llama el cuento que da titulo al libro, y es precisamente la historia de una joven que regresa año con año, cada agosto, para recuperar a la adolescente que se exilió dentro de ella para no olvidar.
Me gustaría destacar un par de elementos que creo pueden resultar interesantes desde el punto de vista literario. El primero, que el narrador es un hombre, es decir, está escrito en voz masculina, y se trata de un poeta que llegó a Guadalajara en el seno de una familia de clase media, precisamente a la Colonia Moderna. Venía de Colima, en donde nació, y cumplió su primer año de vida en Guadalajara… El personaje central es pues un poeta, y es quien lleva la voz autoral, aunque eventualmente, surgen otros narradores, como parte del recurso literario.
El segundo aspecto que destaco es el entretejido de los cuentos. Esto es, existen bilogías, y trilogías, por ejemplo, un personaje que aparece en un cuento de las primeras páginas, vuelve a aparecer quizá en las últimas páginas, y el sentido familiar de los personajes va cristalizando conforme los vas leyendo.


¿En que lugar presentas tú obra próximamente?

El próximo lunes primero de Octubre, a las ocho de la noche, en el Museo de la Ciudad (Independencia 884), en la zona centro, será la segunda presentación de este libro de cuentos, a petición del Seminario de Cultura Mexicana. En esta ocasión, me presentará la novelista jalisciense Martha Cerda, a quien agradezco su gentileza al haber aceptado.


¿Cuántos libros has publicado?

De manera individual he escrito cuatro libros: Andrea y las Bellas Artes… una sencilla plaquette, A la hora de las brujas la luna… veintiocho cuentos lunares, Sirenario… prosa poética, y finalmente Cada agosto, la Pila Moderna… esta serie de relatos sobre Guadalajara.

En forma colectiva he participado en más de una veintena de libros, principalmente en el género del cuento. En la colección Perversitudes, que son siete volúmenes, en Estela contra el Olvido, textos sobre el 22 de abril, en Si Scrive, publicación bilingüe… en Leyendas apócrifas del Panteón de Belén… entre otros.
Estoy antologada en Muestrario de Letras de Jalisco, Vol. 4, de Sara Velasco, y en Escritoras Jaliscienses de Silvia Quezada, así como en Amatoria, antología del cuento erótico de Elsa Levy.
Además, algunos de mis cuentos han sido traducidos al italiano, y el libro de Sirenario al inglés, presentado en Connecticut, en la Universidad de Saint Jospeh College.




¿En tu etapa de Doctora y escritora cual es tu mejor faceta que te gusta?

Bueno, escribo desde que era niña, es una actividad que disfruto profundamente, ello me ha permitido recrear mi mundo personal, y ‘desenmarañar’ los recuerdos. Me llevo bien con la palabra, y eso es un privilegio.
En cuanto a lo de Doctora, de ninguna manera acepto este calificativo, me queda demasiado grande. Estudié la Maestría en Filosofía, y apenas voy a la mitad del Doctorado en Filosofía. Es cierto que soy una enamorada de la Filosofía y me apasiona, me encanta encontrar las preguntas (no tanto las respuestas), y lo mejor de todo, tener el privilegio de compartir con un público que me escucha o me lee, algunos de estos hallazgos.

En tu programa de radio sé que te llena, ¿que es lo que mas te gusta en tu programa?

Lo que más me gusta de mi trabajo es, como decía en el párrafo anterior, el privilegio de comunicarte con otras personas, de tocar -con tus ideas, tus emociones o tus sentimientos-, el ‘ser de los otros’, aceptando plenamente esa otredad, diferente sí, pero al mismo tiempo, hermanada por la condición humana. Con los otros, y junto con los otros, nos vamos haciendo, ellos nos caracterizan y nos definen. Como dijo el filósofo: “Nada de lo humano me es extraño”. Finalmente una vocación encuentra sentido en el servicio a los demás. Son los demás, los otros, los que te van diciendo quién eres.


¿Abriéndonos un poco más, tienes en vida varias facetas ¿hablamos de algunas de ellas?
Bueno, todos tenemos en la vida diversas facetas. Hemos hablado de mi trabajo como periodista en la radio, de mi labor como escritora y de mi vocación por la Filosofía. Sería algo así como la trenza temática más importante en mi quehacer.
Sin embargo, el ser humano es más que su quehacer, y en ese ser, existen aspectos muy cotidianos, como el viajar, que es algo que disfruto mucho, me gustan los caminos, y los océanos, y cada que puedo me voy hacia el mar, aunque sólo sea un par de días el fin de semana. El mar es mi gran espacio perfecto…
Recientemente tuve la oportunidad de viajar a Grecia y a Turquía, al mar Egeo por supuesto, en busca de las raíces griegas, y fui acompañada de mis alumnos del Diplomado en Pensamiento Griego, que durante un año coordiné, por parte del ITESO, y ésta es otra faceta que disfruto: el magisterio.
Podrán imaginar lo interesante de este viaje, en esa cita con el pasado clásico griego: Delfos, Micenas, Epidauro, Acrópolis, Olimpia… Troya… Pérgamo, Èfeso… El arte del viajar, es otro privilegio que la vida te da, más aún, si se trata de compartir los conocimientos con los demás.
Afortunadamente he podido realizarme también como madre, con mi pareja, y con mis dos hijos Oscar y Krizia, jóvenes, hermosos y muy libres… especialmente libres… ¡hasta de mí!.
En pocas palabras, me considero una persona privilegiada, por la oportunidad que se me ha dado de ser, y de tener una vocación clara y compartida, que disfruto profundamente, y es por ello que asumo, en todo lo que significa, el sentimiento de “gratitud” por este privilegio.